La Association for Unmanned Vehicle Systems International (AUVSI) prevé que el sector de los drones creará en los próximos años unos 100.000 nuevos puestos de trabajo, y que tendrá un impacto económico de unos 82.000 millones de dólares. Unas cifras con tantos ceros suponen muchas posibles oportunidades, de las que es bueno saber cómo poder aprovecharlas.
Con una legislación que podría cambiar rápidamente en lo que a vuelos de drones comerciales se refiere, las posibilidades van mucho más allá de la que primero nos viene a la cabeza, la mensajería. En realidad, los drones tienen el potencial para transformar varios sectores, y también la forma en la que éstos operan. Estos son algunos ejemplos.
La logística: los drones pueden integrarse fácilmente en los procesos de trabajo del sector logístico, por ejemplo desplazándose entre almacenes muy distantes entre sí para hacer inventario. Esto podría acelerar las alambicadas dinámicas de los almacenes, pero también, a largo plazo, podría incluso vaciar de camiones nuestras carreteras.
Mantenimiento: también pueden realizar tareas de mantenimiento, en el control de estado de líneas eléctricas, generadores eléctricos u otras grandes construcciones energéticas o de cualquier otro tipo de grandes infraestructuras, como líneas de tren, puentes, barcos, etc.
Agricultura: en la agricultura de precisión, los drones tienen aplicaciones muy concretas, desde controlar cultivos, detectar zonas con falta de riego o de fertilizantes, localizar enfermedades y plagas, o supervisar las áreas fumigadas.
Seguridad: los drones también pueden complementar las tareas de vigilancia en áreas grandes, tales como fábricas, oficinas y centrales energéticas. Por otra parte, la policía también puede reforzar con drones su presencia en eventos que atraigan grandes afluencias de gente; de hecho, en Estados Unidos, los cuerpos policiales de las ciudades de Seattle y Miami ya están empezando a hacerlo.
Periodismo y fotografía: la incorporación de cámaras cada vez más sofisticadas en los drones abre todo un abanico de nuevas posibilidades al mundo del periodismo, ya que de este modo se pueden captar imágenes que, de otra forma, serían muy difíciles de conseguir, por ejemplo en zonas en guerra, o en áreas que hayan sufrido una catástrofe natural.
Piloto de drones
¿Y qué es lo que hace falta para convertirse en piloto de drones? En primer lugar, un curso de 50 horas para obtener el certificado. Varias universidades norteamericanas ya están ofreciendo cursos y programas variados con este fin.
En España, el primer paso para convertirse en piloto profesional de drones sería obtener la certificación homologado por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) como piloto de RPAS (Remotely Piloted Aircraft System) expedida por las ATOs. A continuación, para poder realizar trabajos profesionales y sacar provecho a tu certificación, será necesario estar bajo el paraguas de una operadora, o bien, por qué no, montar una propia operadora de servicios con dron.
Sobre Airk
Constituida como sociedad en octubre de 2015, el proyecto Airk empezó en realidad en el verano de 2013, con el proyecto de fin de carrera de ingeniería en diseño industrial de David Matanzas.
Tras una fase de rediseño y ajuste, la ayuda del acelerador de empresas Yuzz del Ayuntamiento de Sant Cugat, la incorporación al proyecto de su socio Miguel Suárez, a finales de 2014, por su experiencia empresarial, y una inversión de 100.000 euros para su desarrollo, Airk ya es hoy una realidad.
En su camino, Airk ya ha recogido varios premios, como el Primer Premio Yuzz Sant Cugat 2014 y el premio a la mejor idea emprendedora del concurso Café Aventura de Sabadell 2015. También estuvieron seleccionados por el Programa Empenta de ESADE, y fueron uno de los tres finalistas del concurso anual de innovación organizado por la empresa ovetense TreeLogic.
Más información sobre Airk en:
http://www.airk.eu/
https://www.facebook.com/airkdrones
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https://vimeo.com/airk